No nos dejemos esclavizar por nada, la atracción de las riquezas, del poder, de una vida hiperactiva, del sexo… Todas estas son trampas tendidas que a quien va a destruir es a nosotros mismos, Dios es su palabras nos dejo secretos la cual nos exhorta a esto: “Renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” Tito 2:11-12. Tenemos que saber reconocer las cosas que nos va de provecho y las cosas que nos llevara a una vida miserable, somos nosotros mismo que podemos escoger nadie mas puede hacerlo por nosotros.
El hombre se cree libre, ¿Pero no está más bien cautivo como un pájaro en su jaula? A sus propios deseos... Mas Jesús vino a este mundo a darnos libertad de nuestra alma, y que nos demos cuenta que aunque estemos pasando por tormentar el siempre esta con nosotros. El apóstol Pablo y Silas, aunque estaban encarcelados en Filipos, cantaban y oraban (Hechos 16:23-25). Su fe triunfaba sobre sus sufrimientos. Todas las circunstancias de su vida, atravesadas con su Maestro, llegaron a ser fuente de paz y de gozo, esta es la verdadera libertad.
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Gálatas 5:01.
Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Juan 8:36.