Google Website Translator Gadget

sábado, 27 de agosto de 2011

Que es la verdadera libertad?

No nos dejemos esclavizar por nada, la atracción de las riquezas, del poder, de una vida hiperactiva, del sexo… Todas estas son trampas tendidas que a quien va a destruir es a nosotros mismos, Dios es su palabras nos dejo secretos la cual nos exhorta a esto: “Renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” Tito 2:11-12. Tenemos que saber reconocer las cosas que nos va de provecho y las cosas que nos llevara a una vida miserable, somos nosotros mismo que podemos escoger nadie mas puede hacerlo por nosotros.

El hombre se cree libre, ¿Pero no está más bien cautivo como un pájaro en su jaula? A sus propios deseos... Mas Jesús vino a este mundo a darnos libertad de nuestra alma, y que nos demos cuenta que aunque estemos pasando por tormentar el siempre esta con nosotros. El apóstol Pablo y Silas, aunque estaban encarcelados en Filipos, cantaban y oraban (Hechos 16:23-25). Su fe triunfaba sobre sus sufrimientos. Todas las circunstancias de su vida, atravesadas con su Maestro, llegaron a ser fuente de paz y de gozo, esta es la verdadera libertad.

Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Gálatas 5:01.

Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Juan 8:36.

lunes, 22 de agosto de 2011

Reflexiones


El conocimiento de Dios es la claridad que llega después de la noche. Un ciego de nacimiento no sabe lo que le falta. Nunca ha visto la luz. Tal es el hombre que vive sin Dios; ignora el horizonte del cual se priva. 

Con nuestro deseo de obtener cada vez más, a menudo nos perdemos lo mejor. ¡Cuánto más cumplas la voluntad de Dios, tanto más sabrás discernirla! 
La Escritura habla poco del cielo. Lo que nos dice de él es que estaremos allí donde Jesús está. El Señor quiere tener a los suyos con él; esto le basta a alguien que lo ama. Cristo está allí; su presencia define el lugar; satisface todas las necesidades. 

Las epístolas fueron escritas en un período muy turbulento de la historia del mundo. Sin embargo ninguna de ellas, sean de Pablo, de Pedro o de Juan, hace la menor alusión a los acontecimientos políticos que se desarrollaban en el mundo en ese tiempo. Es una prueba más de que la Iglesia es extranjera en la tierra. Su vocación es celestial. 
Dios no es una garantía contra las tempestades de la vida, sino una perfecta garantía en medio de las tempestades de la vida. 

Yo me alegraré en el Señor, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Habacuc 3:18-19.

Si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14:3.

¿Quién Arrojará la Primera Piedra?

Por la radio me enteré de la conmoción que suscitaba la próxima lapidación de una mujer en Nigeria, porque había tenido un hijo sin estar casada. En todas partes del mundo se elevaban voces de protesta y se firmaban solicitudes pidiendo clemencia a las autoridades del país.

Hace aproximadamente dos mil años ocurrió una circunstancia análoga (Juan 8:2-11). Llevaron a Jesús una mujer sorprendida en adulterio. Según la ley de Moisés, debían apedrearla. La respuesta de Jesús interpeló la conciencia de los acusadores: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”. Es cierto que esta mujer había pecado, pero los que la acusaban no eran mejores que ella, y debieron alejarse uno tras otro.

Luego Jesús se dirigió a la mujer: “Ni yo te condeno; vete, y no peques más”. Sólo él habría tenido el derecho de condenar, pero no lo hizo, porque no vino “a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo” (Juan 12:47). Sin embargo le dijo que su conducta era un pecado que debía abandonar.

El mensaje del Evangelio no ha cambiado; Dios ama a cada ser humano y quiere obrar en gracia. El pecado sigue siendo grave a sus ojos. Dios no pasa por alto el mal, recordémoslo, aun cuando la sociedad que nos rodea se burla de ello. Aceptemos el perdón divino y rechacemos toda conducta que Dios desaprueba. 

Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia. Romanos 5:20.

¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Romanos 6:1-2.

Los Atentos Cuidados del Señor

Amenazado de muerte, el profeta Elías huyó (1 Reyes 19:1-9). Después de haber dado testimonio de su fe, perdió el ánimo y se apartó a una región desierta. Allí, lleno de amargura y dolor, se echó debajo de un arbusto y se quedó dormido. De repente lo despertó una voz que le dijo: “Levántate y come, porque largo camino te resta”. Entonces Elías comió, bebió y volvió a seguir su camino con nuevas fuerzas.

Así, antes de corregir los errores de su siervo, Dios le prodigó sus tiernos cuidados. ¡Qué bueno es! Él sabe cuál es “nuestra condición”. Nos manifiesta su compasión aun cuando estamos desfallecientes.

Aprendamos a confiar verdaderamente en Dios, tanto en las cosas grandes como en las pequeñas. Nos hará gozar de su fidelidad. Su obrar lleno de bondad a menudo nos sorprenderá, y cada vez será un nuevo motivo para alabarle.

Si Dios permite el sufrimiento, también nos muestra una delicadeza que supera nuestras esperanzas, la cual sólo su amor puede obrar. En medio de nuestras pruebas experimentaremos que Dios nos acompaña renovando siempre sus cuidados. Cuida a todos los creyentes por más humildes que sean. La atención que Dios nuestro Padre nos manifiesta es un poderoso aliento para confiar en él. 

Como el padre se compadece de los hijos, se compadece el Señor de los que le temen. Él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo. Salmo 103:13-14.

El Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas… El Señor me librará de toda obra mala. 2 Timoteo 4:17-18.

Jesús… les dijo: ¿Qué buscáis?

¿Dónde estás tú?” “¿Qué es lo que has hecho?”, dijo Dios a Adán luego de que éste desobedeciera (Génesis 3:9, 13). La respuesta es típica de una mala conciencia: “Tuve miedo... y me escondí”, porque había pecado contra Dios. “¿De dónde vienes tú, y a dónde vas?”, preguntó Dios a Agar, quien huía de delante de Sarai, su ama (Génesis 16:8). Como esta joven mujer, toda persona alejada de Dios está en una situación desesperada, y Dios lo sabe.

¿Quién decís que soy yo? ”, preguntó Jesús. Pedro, uno de los discípulos, respondió: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:15-16). De nuestra respuesta y estima por Jesucristo dependerá nuestra vida terrenal y nuestro destino eterno. Si pensamos que él es sólo un profeta más, entonces, ¿por qué escogerle y escucharle más que a otro maestro del pensamiento? Pero si él es realmente el Hijo de Dios –y la Biblia así lo afirma– entonces la alternativa es simple: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).

Dios nos interpela a cada uno de diferente manera. Conoce exactamente nuestra situación, y sus preguntas tienen como meta hacernos reflexionar y aceptar su luz en nuestro corazón y en nuestra vida. “En una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende”, o no hace caso (Job 33:14). Estemos, pues, atentos a sus preguntas, no las esquivemos.

El Crecimiento

Todos sabemos que las raíces desempeñan un papel fundamental en el crecimiento de un árbol. Son las que sacan de la tierra los elementos indispensables para la vida vegetal: agua y sales minerales. Estos elementos sacados del suelo circundante y transmitidos por la savia a las hojas, serán transformados por la acción del sol en sustancias nutritivas para constituir las fibras y los frutos del árbol. El que observa sólo constata el resultado de este trabajo invisible. El vigor del árbol, sus flores y sus frutos revelarán la riqueza de la tierra y el buen funcionamiento de la red de raíces. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.  (Jeremías 17:7-8).

Ocurre lo mismo con todo ser humano: lecturas, distracciones, lugares y personas con las que trata, pasatiempos, si los comparamos con ese alimento absorbido por el árbol, tienen una gran influencia sobre su comportamiento y su manera de pensar. A cada uno de nosotros nos corresponde escoger en qué suelo vamos a introducir nuestras raíces, qué es lo que va a alimentar nuestra mente y nuestros sentimientos.

El cristiano no puede crecer espiritualmente si no saca su alimento del rico alimento que es la Palabra de Dios. En ella hallará las verdades y las promesas para enfrentar con confianza las intemperies de la vida. Si lee la Biblia con regularidad y perseverancia, será ese árbol verde y lleno de savia, que lleva fruto hasta la vejez. “Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes” (Salmo 92:14). 

Bienaventurado el varón... que en la ley del Señor está su delicia… Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. Salmo 1:1-3.

Y Tu A Quien Sigues?

La fe es individual. Alguien puede haber tenido muchos privilegios, haber sido criado en un país, en un medio o en una familia en que pudo beneficiarse de una enseñanza y ejemplo que le permitieron conocer la verdad divina. Pero no puede creer con la fe de los demás; debe creer por sí mismo. En el tiempo del Antiguo Testamento, cuando Israel era el pueblo reconocido por Dios, ciertamente tenía grandes privilegios nacionales, pero en medio de este pueblo unos creían y otros no; unos eran piadosos, otros no. 

Hoy uno puede tener padres cristianos, mas a los ojos de Dios no por eso es cristiano. Es un error fatal y una perniciosa ilusión considerar como “hijos de Dios” a todos los que exteriormente forman parte de la cristiandad, incluso habiendo sido bautizados. La Palabra dice que a quienes recibieron a Cristo, y sólo a ellos, “les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). 

Llega un momento en que hay que decir: “Mas yo…”. Sean lo que sean aquellos que me rodean, indiferentes, opositores o creyentes, tengo que colocarme ante Dios, recibir su mensaje y creer personalmente. Luego, cualquiera sea el estado de la sociedad en que vivimos, debemos vivir con esa fe individual. Si esa fe es compartida, es una fuente de gran aliento.

La fe de nuestros padres y de nuestros amigos no puede reemplazar a la nuestra. “Cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (Romanos 14:12). Y el Señor dice a cada uno: “Sígueme tú”. 

Mas yo al Señor miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá. Miqueas 7:07.

¿Qué Piensa Usted de Jesús?

El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Juan 3:18

Son numerosos los hombres ilustres, desaparecidos desde hace cierto tiempo, cuya influencia todavía es fuerte. Pero que se piense o no en su celebridad, no produce una gran diferencia para la vida de cada uno de nosotros. En cambio el asunto es muy distinto tratándose de Jesucristo. Según el versículo del encabezamiento, nuestra actitud con respecto a Jesús es en verdad un asunto de vida o muerte, más exactamente de vida eterna o muerte eterna. 

En medio de la conversación con Nicodemo (lea el capítulo 3 del evangelio según Juan), Jesús le anunció el mensaje del amor de Dios expresado por el don de su Hijo, quien debía ser crucificado y resucitar al tercer día. Así le mostró el medio para responder a esta necesidad, que también es la nuestra: “Os es necesario nacer de nuevo” (v.07). Para esto no basta quedar impresionado por la personalidad de Jesús o por su enseñanza; es necesario creer que él es el Hijo de Dios y el Salvador, mi Salvador.

Para ofrecernos esa vida eterna, Cristo tuvo que dar su vida. Si depositamos nuestra fe, nuestra confianza en él, si creemos en esa obra perfecta que Él hizo al morir en la cruz para pagar la deuda de nuestros pecados, recibimos esa vida. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (v. 36).

El Descanso que Aporta la Oración

A veces estamos inquietos y estresados porque no nos tomamos el tiempo de dirigirnos al Señor en una actitud confiada. Para resistir al temor y al abatimiento es necesario entregarse a la bondad de Dios. Es un acto de fe, de sencilla confianza en el Señor que se hace más fácil si nos acercamos regularmente a él mediante la oración. Cuando la costumbre de orar y la lectura de Biblia son un hábito de cada día, sentimos una serenidad muy profunda.

¿El mal no da tregua, sus asaltos son incesantes? ¡Que nuestra oración también sea incesante! Aprendamos a perseverar en la súplica. Debemos hacerlo cuando estamos solos, pero también con nuestros hermanos y hermanas. ¡Cuántos creyentes oprimidos por las preocupaciones fueron a una reunión de oración y volvieron llenos de paz! Las circunstancias de la vida siguen siendo difíciles, pero el corazón está renovado en la confianza y ve las cosas de manera distinta. El Espíritu Santo ha hecho su trabajo secreto y produce paz interior que supera “todo entendimiento”. Mientras estuvo rodeado de enemigos, el rey David pudo escribir: “En Dios solamente está acallada mi alma” (Salmo 62:1).

domingo, 21 de agosto de 2011

No Temas

El temor paraliza y aplasta. Es como el moho, que se desarrolla más fácilmente en la oscuridad. Por eso lo esencial es colocar nuestros temores a la luz de la victoria de Cristo y examinarlos bajo su claridad. Porque el que murió es el Vencedor; resucitó y fue exaltado hasta lo sumo en la gloria de las alturas. Nada escapa a su poder. Está muy cerca de nosotros y nos dice: No temas, como lo dijo tantas veces a sus discípulos mientras estaba con ellos en la tierra. 


Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo Mateo 28:20.

martes, 16 de agosto de 2011

La Palabra De Dios Es La Perfecta Melodía

Dios te creo con la habilidad de elegir y decidir por ti mismo,  La única libertad que cada uno de nosotros tiene es la libertad de escoger, así que la decisión de tu vida es solamente tuya. La religión es un tema tabú que es imposible aveces hablar por las diferencias de pensamientos y opiniones y en mi opinión la religión es creación del hombre no de Dios. Comencemos a pensar por nosotros mismo, y no dejemos que otros influya en nuestras decisiones, cada uno tiene la habilidad de escoger, nosotros somos los responsables de nuestra propia vida y lo que hagamos con ellas. Entonces ¿Porque dejar que otros influyan en nosotros? Piensa un poco en esto y analizate a ti mismo, lo mas importante de todo es conocer ¿Quienes somos? 
Yo trato de vivir al máximo, siempre e tenido el coraje de hacer lo que mi corazón a deseado y nunca me e conformado con la realidad, creo que las limitaciones son creaciones de nuestra mente, y no de nuestro cuerpo, siempre e querido mas y por mi manera de ser, me a tocado vivir momentos negros. Yo  e sentido que la vida colapsa alrededor de mi, e sentido que no tengo fuerzas para continuar, pero lo que me mantuvo en pie fue mi actitud de vencer mis circunstancias en el plano espiritual y no en el carnal, explico; cuando se tiene en la vida las ansiedades que experimente y la impotencia de no poder cambiar las cosas, mi uníco escape fue la palabra de Dios, en ella encontré la paz y el consuelo para continuar con mi vida, y aunque mis problemas todavía estaban ahí, mis ojos estaban abiertos a otras posibilidades, viajes, conocer nuevas persona, disfrutar los segundos de emoción, y eso hizo que mi carga fuese soportable para llevar, hasta que un día así como el sol resplandece, esos problemas que me agobiaban se solucionaron, gracias mi Dios eso fue lo que dije en ese momento y entendí que podemos tener todo lo que queremos, no importa que imposible parezca, e logrado lo que e deseado en mi vida, y este sentimiento es grandioso, pero la vida continua y con ella mas retos por vencer. 
Siempre decimos ¿Cuando Me gradue? ¿Cuando encuentre este trabajo? ¿Cuando me case? ¿Cuando me enamore?  ¿Cuando tenga lo que quiero? etc… Todo estará perfecto a mi vida.  Pero la realidad es otra, el hombre es un ser cambiante  y lo que hoy era importante para nosotros, mañana será parte del pasado y queremos cosas diferentes,  cada día trae su propio afán S.Mateo 6:25-34. La vida es impredecible. ¿Que sabemos que nos espera mañana? ¿Viviremos para contarlo? Creo que lo mejor será enfocarnos en el presente y poner toda nuestra energía en el día de hoy, nadie sabe que nos traerá el mañana pero el día de hoy no regresara jamas, si disfrutamos el día de hoy con las cosas buenas y malas, pienso que estaremos mejor preparados para el mañana. Los problemas de cada uno de nosotros son distintos, lo único similar es querer resolverlos, pero la diferencia de vencer es la actitud de cada uno de nosotros de saber como lidiar con ellos y entender que nosotros dependemos solo de nosotros mismo, y las decisiones que tomes en estos momentos, pueden parecer pequeñas, pero pueden cambiar el curso de nuestra vida.

La Vida Es Un Balance Continuo

Muchos nos preguntamos que es sentirse feliz y no te das cuenta que la felicidad esta a dentro de ti, no puedes sentir la felicidad si no te sientes feliz contigo misma/o.  Nosotros tenemos el poder de transformar nuestras vidas y lo mas importante crear cosas maravillosas que nunca pensamos que podría pasar. Somos espíritu, alma y cuerpo, y en la vida todo es equilibrio y balance, si no se vive en armonía, todo cae.

Superando Los Miedos caminemos con Jesus

En estos momentos hay muchisimas personas consumidas en una profunda deprecion, con este fenomeno en el que vivimos las preguntas comune...